Un día me cansé de la mentira, de ver tanta hipocresía en gente de doble faz. Un día reconocí que en mi vida también todo eso existía y me propuse cambiar, cambiar. Y me abracé a la verdad, como un naufrago a un madero, con toda el alma, con todo el cuerpo, abiertos de par en par; sin careta y sin disfraz me jugué la vida.
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